domingo, 22 de noviembre de 2015

La ampliación del permiso de paternidad a cuatro semanas se aplaza por cuarto año

La Plataforma "Mujer Vigilante" lamenta un nuevo retraso en la ampliación del permiso de paternidad de las dos semanas actuales a cuatro, una medida que debía haber entrado en vigor en 2011 pero que por cuarto año consecutivo el gobierno vuelve a dejarla pendiente, ahora para el año 2016, bajo la excusa de que los efectos de la crisis económica les obliga a abordar otros asuntos más urgentes.

Creemos que aunque estemos en tiempos difíciles, este tipo de medidas son prioritarias si se quiere sostener un discurso sólido de avanzar en la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. No solo beneficiaria en la conciliación de la vida laboral y familiar, además marca un camino fundamental para avanzar en la igualdad en el empleo y la corresponsabilidad de los padres en el cuidado de los hijos, como promueve la Ley de Igualdad. La ampliación del permiso de parternidad es un primer paso del objetivo que reivindican muchas asociaciones y entidades sociales: la equiparación total de los permisos de paternidad, aumentando de forma gradual el permiso de los padres hasta llegar a las 16 semanas a las que ahora tienen derecho las madres.

Nos ahderimos a las reivindicaciones de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPIINA), una de las entidades que lucha de forma más decidida por estas reivindicaciones y que sostiene que no vale la excusa de la crisis para seguir aplazando una medida tan fundamental. El hecho de que se siga aplazando la ampliación a cuatro semanas, que tiene un coste ridículo, es indicativo de que no es un problema de dinero, sino de voluntad real, sostiene PPIINA.


La PPIINA ha elaborado un documento que recoge precisamente argumentos económicos en sentido favorable; es decir, por qué sería rentable económicamente llegar a la equiparación. Por ejemplo, aunque de entrada supone un mayor gasto, la mayor incoporación de la mujer al trabajo aumentaría con el tiempo los ingresos por cotizaciones al Estado. O se reduciría el gasto en plazas. "No hay ninguna medida que pueda dar más beneficios con un coste tan bajo. Si cada vez hay más mujeres que trabajan, se reducirá la pobreza infantil porque las familias tendrán más ingresos. Bajaría el gasto en plazas de educación infantil. Y no se malgastaría todo ese dinero que se invierte en formar a mujeres que luego no pueden acceder a puestos de responsabilidad", explica Pazos.

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